Hola, soy Amaia.

Te cuento un poco de mi historia.

Me llamo Amaia Goyeneche Apastegui y soy de Tudela, Navarra, aunque he vivido en diversos lugares porque me gusta mucho conocer sitios nuevos. Soy Psicóloga General Sanitaria y actualmente paso consulta en Logroño, La Rioja.
Estudié Psicología en la Universidad del País Vasco, en Donosti, y continué mi formación con un Máster sobre la Violencia Machista.

Justo al acabar la carrera, me pilló de lleno la crisis de 2008 y tuve que ingeniármelas bastante (años de voluntariados y de mucha formación), para hacerme un hueco en el mundo de la psicoterapia. No fue fácil, pero soy una persona bastante cabezona, lo que sumado a la paciencia que tengo, me suele dar buenos resultados a la hora de alcanzar objetivos. Mi experiencia profesional es uno de ellos.

A Proyecto Hombre le estoy muy agradecida en ese sentido, ya que me dieron la oportunidad de comenzar como psicóloga sin exigirme 10 años de experiencia (esto a veces pasa). Con ellos he trabajado realizando psicoterapia hasta 2021, casi 8 años, en el ámbito de las adicciones, por lo que mi bagaje humano y profesional con estas problemáticas, es bastante amplio.

Debido al desgaste emocional que me había supuesto la pandemia junto con un trabajo que exige mucha implicación, el año pasado cogí una excedencia para descansar y cambiar de aires, y con ella dejé atrás una etapa muy importante de mi vida.

Actualmente, me dedico a trabajar con mujeres (mayormente), acompañándolas en situaciones de crisis o, simplemente, en sus procesos de crecimiento personal y empoderamiento.

  • Soy autónoma y tengo la consulta de psicología en el centro de Logroño, donde realizo psicoterapia individual. Puntualmente colaboro con entidades o Ayuntamientos ofreciendo charlas y talleres relacionados con el autocuidado, dando mucho espacio al trabajo de autoconocimiento como motor del desarrollo personal y la mejora de la autoestima.
  • Además, desde diciembre de 2021, trabajo (en jornada muy reducida) en el EAIV, el equipo de atención integral contra la violencia hacia las mujeres ubicado en Estella-Lizarra, realizando terapia individual con mujeres supervivientes de esta violencia.

También he trabajado mucho con hombres, ya que, en mis 8 años dedicados al ámbito de las adicciones, los que más acudían a la consulta eran varones con ganas de parar los consumos que les quitaban calidad vida. Con ellos trabajaba, entre otras cosas, el autoconocimiento, las relaciones familiares y, en gran medida, las habilidades sociales y el control de impulsos.

A lo largo de esta enriquecedora trayectoria profesional y personal, me he formado en diversas corrientes psicológicas como Gestalt, terapia bioenergética, PNL, terapia Cognitivo-Conductual, terapia Breve o la Sistémica. Considero que adscribirme a un solo enfoque sería limitar mi aportación y respuesta ante la problemática que atienda. La idea es ajustar lo mejor posible el tratamiento a la necesidad de la persona, por eso también trabajo desde la perspectiva de género, lo que supone tener en cuenta, a lo largo del proceso, las diferentes condiciones y necesidades que afectan a mujeres y hombres.
Si te interesa ahondar más en mi formación, en este enlace puedes ver mi CV más detallado.

Yo también he ido a terapia

Cuando tenía 17 años empecé a sufrir ataques de ansiedad. No sabía qué me ocurría, ni cómo podía hacer frente a tanto miedo y angustia, por lo que comencé un proceso terapéutico que duró varios años.

En él aprendí a controlar y rebajar la ansiedad que tenía, y a que no me afectara tanto como cuando me comenzó. Aquella terapia cognitivo conductual (CC) es cierto que me ayudó a llevar una mejor relación con el problema concreto de ansiedad, pero no realicé un crecimiento personal generalizado.

Muy probablemente aquella etapa me dio más razones para tomar la decisión de estudiar Psicología pero, lo que claramente me aportó, fue muchas más herramientas para acompañar a personas con problemas de ansiedad de las que tendría con el mero conocimiento teórico.

Años más tarde, cuando enfrenté mi primer trabajo como psicóloga, no acababa de sentirme del todo segura con mi hacer (una especie de síndrome de la impostora). Creía que me faltaba experiencia y tenía miedo de ser o parecer incompetente a pesar de contar con gran variedad de formación sobre mi ámbito profesional.

Es entonces que decidí volver a terapia. En ese momento elegí la psicoterapia Gestalt para mi proceso y he de decir que, esta vez, sí sentí realizar un cambio y una transformación personal importante a muchos niveles.

Creo que haber pasado por la experiencia de ser la que recibe la terapia, haber estado a ese “otro lado” de la mesa, me ayuda a empatizar mejor con las personas a las que atiendo y, por lo tanto, a realizar mejor mi trabajo.

Soy una persona sensible y empática, lo que me facilita conectar con mis pacientes y crear un buen vínculo con bastante fluidez. También soy cercana y cariñosa, pero además asertiva, por lo que confronto con facilidad cuando lo considero necesario.

Si te encaja lo que has leído sobre mí o te gustaría saber si conectamos, escríbeme para conocernos o para cualquier consulta que te surja.