Mujeres y consumo de drogas

Las mujeres con problemas de adicciones apenas llegan a los servicios especializados. En general, son reacias a acudir a tratamientos o a pedir ayuda, pero no porque no quieran recuperarse, el problema es que el género establece desventajas para las mujeres en el acceso a los recursos asistenciales especializados en drogodependencias.

Su dificultad de acceso se debe en gran parte al estigma social que sufren, que es mucho mayor que el que tienen que padecer los hombres con problemas similares. Los datos revelan que este estigma provoca en las mujeres más sentimientos de culpa y vergüenza en ellas que en los varones con problemáticas similares.

Las cargas familiares (cuidado de hijes o padres mayores, por ejemplo), también es otro hándicap que afecta a la hora de tomar la decisión de ausentarse para ingresar en un centro terapéutico o acudir a las sesiones.

Además, una vez que acceden a los recursos, existen altas tasas de abandono. Las causas suelen estar relacionadas con lo comentado y, también, con el hecho de que los tratamientos no se adecuan a las necesidades específicas de las mujeres.

Debemos seguir trabajando para disminuir las barreras de género y proporcionar servicios específicos que aborden las necesidades únicas de las mujeres.

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