Aceptar mi proceso

A veces las prisas, la vorágine del día a día o demasiada autodisciplina y perfeccionismo. Rigidez. Cabezonería. Quizás no saber ampliar la mirada y ver un poco más allá de donde solemos mirar siempre...

Nuestros automatismos a veces nos hacen desviarnos de lo verdaderamente importante, de lo que en realidad necesitaríamos y nos haría sentir mejor: parar, descansar, pedir una baja, dejar ese trabajo, soltar esa relación, etc.

Respetar cómo hago las cosas, lo que tardo en llegar, lo que siento... Aceptar lo que soy. Esa flexibilidad es muy beneficiosa para nuestro bienestar emocional, paz mental y autoestima.

En lugar de resistirnos al cambio, juzgarnos por no sentir ciertas emociones o exigirnos alcanzar ciertos objetivos que nos están estresando, la flexibilidad emocional nos permite ser amables con nosotras mismas y abrazar la autoaceptación.

Si no estamos siendo capaces de hacerlo de otra manera o de verlo distinto, es porque, ahora mismo, no podemos. Respirar, aceptarlo y liberarse. Atravesar la resistencia y "descansar", es muy sanador y fundamental para el bienestar psicológico.

.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *