Confío en mi deseo

"Cuando no sé lo que quiero, sigo la pista de mi deseo".

Esta ajetreada vida con escasa educación emocional, nos lleva a "estar mucho en la cabeza" y poco conectadas con nuestras emociones. En general, solemos tomar las decisiones más con nuestra parte racional, la cabeza, que con el corazón o las tripas. Así ocurre que nuestro deseo queda en un segundo plano, por detrás de los pensamientos.

Dar más espacio a esa parte emocional y escucharla con atención, es un buen consejo para cuando no sepamos hacia dónde tirar.

Ahora bien, si eres una persona muy visceral que pone "poca cabeza" en la toma de decisiones, entonces lo terapéutico para ti será dar más lugar a lo racional. Reflexionar, pensar más las cosas.

De hecho, lo adecuado es que exista un equilibrio entre ambas partes, porque tan arriesgado es guiarnos sólo por el deber y los pensamientos, como sólo dejarnos llevar por nuestras pasiones.

Ilustración de @migrante_ilustraciones

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